Un Trago Mágico

Cien por cien gallego y con mucho espectáculo, este brebaje puede transformarse perfectamente en un cóctel más que digno

La queimada se puede englobar dentro de la categoría de los ponches. 

La palabra ponche proviene del hindi y significa cinco, el número original de sus ingredientes, a saber: arrak (aguardiente de palma), azúcar, limón, agua y té. ¿Os resultan familiares? En realidad, es que no son tan distintos de los de nuestro cóctel de aguardiente por excelencia.

La queimada no es el único cóctel que tiene al fuego como protagonista, ya que varias recetas clásicas lo utilizan. Solo tenemos que ver el Blue Blazer, primer trago quemado popularizado por Jerry Thomas (el padre de la coctelería moderna) a mediados del siglo XIX, o el Café Brûlot, típico de Nueva Orleans.

Normalmente, la queimada se hace en cantidad abundante para compartir con varios amigos, pero hoy voy a daros una receta para poder hacerlo en cualquier momento, sin importar mucho la cantidad de gente: en este caso, lo diseñamos para dos personas

Ingredientes

  • 250 ml de aguardiente de orujo20 
  • gramos de azúcar blanco
  • 2 tiras de piel de limón
  • 2 tiras de piel de naranja
  • 1 cucharada de granos de café1 ramillete de canela

Instrucciones

En nuestro pote de barro para la queimada (lo podemos conseguir de tamaño reducido) vertemos las pieles de cítricos, los granos de café y el aguardiente. En el cazo de barro depositaremos el azúcar y lo sumergiremos en el aguardiente con cuidado. Con respecto a la cantidad de azúcar, podemos echarle al gusto, pero yo prefiero que no se nos pase de dulce.

Una vez el azúcar del cazo esté empapado y tengamos un poco de aguardiente en el recipiente, le prenderemos fuego con mucho cuidado y algo de paciencia. Dejamos quemar un poco el cazo y lo acercamos al pote con el resto de ingredientes, dejando que se caliente la superficie del pote con el leve contacto con el cazo hasta que prenda fuego. 

Cuando el pote empiece a quemar situamos el cazo con el azúcar encima del fuego para que se cree un poco de caramelo. Cuando vemos que burbujea un poco lo rellenamos con algo más de aguardiente del pote, y repetimos la operación hasta que casi todo el azúcar se disuelva. Es entonces cuando empezamos a revolver y a crear las cascadas de fuego para permitir que se rebaje el alcohol.

Poco a poco, las llamas se harán más débiles. Es en este momento cuando le añadiremos la ramita de canela. Esta especia tiene un sabor bastante potente, así que recomiendo echarla al final. Entonces empezar a recitar el conxuro. Propongo tener algo de canela en polvo a mano para, cuando acabemos de recitar el conxuro, espolvorear por las llamas y conseguir un mejor efecto.

Ahora nos queda dejar que esas llamas se extingan y disfrutar de una depuración de nuestras almas trago a trago.

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